Livorno
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Descendiendo del Murallōn, avistando los primeros cipreses, los pinos, sintiendo el olor
desde la ventanilla del auto bajada a mitad, no solamente en verano, se percibe
la atmōsfera abrazadora, el perfume, el sabor de la tierra de la Toscana. Y no solo
en verano, en cualquier otro dia de sol otoņal o primaveril: mejor aųn, cuando
el dia es hųmedo, dirėa aųn mās, pesante, bochornoso, los olores se alzan mās
intensamente, fuertes, asperos, y tu sientes, finalmente y totalmente, de
estar en Toscana.
En el lejano 1959 mi padre decidiō de llevarnos, a mi madre y a mi, de Livorno.
Y no fuč, se preste atenciōn, una decisiōn por penurias, por necesidad. No
fuč una migraciōn tradicional. Mi padre tenia ambiciones, si, ambiciones
artėsticas. Yo, a distancia de tanto tiempo, no le reprocho nada. Cada uno
debe ser libre de realizarse.
El hecho es que, desde aquel dia he perdido la Toscana, las imāgenes de la
Toscana, el vivir de la Toscana. No esisten tierras mejores o tierras peores.
Talvéz existen lugares del mundo mās afortunados o desafortunados
que otros, por razones histōricas, geogrāficas, y tambien por pura casualidad.
Mas la propia Tierra
es otra cosa.
Los brasileros la definen con el término saudade, un sentimiento que es mucho
mās que la banal traducciōn de nostalgia, melanconia, pesar, anhelo del paės
perdido. No. La saudade es mucho, muchisimo mās. La saudade es un algo de
profundo, de visceral, de trastornador, de lacerante, es casi desesperaciōn,
es casi depresiōn, en resumen, es saudade.
Pero la Toscana retorna, en mi mente, con sus bosques de cipreses, como una
catedral, con sus pinos plegados por el viento, con los capuchinos hirvientes
en los bares llenos de gente, con la ribollita y el cacciucco, con los dulces de Siena,
con las torres, las casas, los monumentos, y tambien con la vitalidad, con el
eterno renovamento.
Habėa dejado una Toscana del norte invadida de la industria, a la vanguardia
en todo sentido en aquel momento.
Ahora la reencuentro como una de las regiones mās sensibles del mundo por
las temāticas ambientales, a la salvaguardia, primero de todo de la salud. El
bienestar? Por supuesto. La seguridad econōmica? Faltarėa mās. El desarrollo?
Y quien lo niega? Estamos en el 2000, debemos quedarnos, e ir mas allā.
Pero la salud es siempre el bien mās precioso.
Y la salud es también posar la mirada sobre un paisaje tėpico, aquello Toscano,
que todo el mundo quisiera, por lo menos una vez en la vida, poder visitar
personalmente. Los museos van muy bien, las ciudades del arte también,
pero una tėpica colina Toscana
.., olivos y cipreses, senderos y viņedos, y
aproximāndose al mar, siempre mās, pinos y caņas al viento, y los tamerici!
Existe una canciōn, de Mino Reitano, que pocos conocen, y que mās o menos
dice asė: aurora della mia vita la primavera un fiore, toscana del mio cuore
ritornerō mai pių, la luce di quel sole negli occhi di mia madre.. La canciōn,
que talvez se intitula Cuore pelegrino, la descubrė en una telenovela brasilera,
Terra Nostra, cantada, muy bien, de una voz femenil.
Beh
debo confesar que cada vez que la sentėa, me venian las lāgrimas a los ojos.
De cualquier modo la Toscana es allė. Que nos espera. Si lo queremos.
Gianni Nigro - Traduccion de Juanita Trinidad
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